viernes, 16 de diciembre de 2011
Introducción
Abres los ojos y te encuentras tumbado en el fango, mirando al cielo ves enormes estrellas fugaces que pasan rápidamente. Recuperas la audición y te das cuenta que no son estrellas, si no proyectiles y recuerdas lo que te ha llevado a la otra esquina de la galaxia, no es la riqueza, ni el poder, ni siquiera la libertad si no tu hermano de sangre, aquél con el que irías hasta las mismísimas puertas del infierno, con quien matas y por el que morirías, por eso te uniste, ya eres uno más, ahora formas parte de La Logia.
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