martes, 31 de enero de 2012
La ira de Argonath
Argonath maldijo a sus hermanos por abandonar el planeta mientras aún quedaban enemigos a los que aplastar, alzó su pistola bolter y disparó a la cápsula dreadclaw que portaba a sus compañeros, ni siquiera sintieron el desprecio.
Hasta donde alcanzaba la vista solo se veian restos de batalla, tanques humeantes deformados grotescamente por los proyectiles de alto calibre o agujeros enormes abiertos por armas de fusión a muy corta distancia, el suelo plagado de extremidades amputadas, restos humanos por doquier y cadáveres horrorosamente mutilados. Vagó por entre las ruinas del combate gritando brutalmente en busca de enemigos, sentía la rabia crecer en su interior, su fiel Segadora, el hacha sierra que le acompañaba desde mucho antes del asalto a Terra le gritaba al oido: ¡SANGRE PARA EL DIOS DE LA SANGRE! la rabia se hizo insoportable, subió a una colina formada originalmente por un Land Raider, debió quedar inmovilizado demasiado pronto, la tierra levantada por los morteros había aterrizado sobre el vehículo formando un pequeño montículo, oteó el horizonte en busca de alguien sobre quién desatar su ira, esa furia interior que le corroía por dentro y a la que había sucumbido hace mas de 7.000 años junto con sus hermanos de armas y por la que había jurado fidelidad al trono de cráneos, el sentimiento se hizo horrible y Segadora le gritaba cada vez más y más fuerte.
Una sombra se movió en lo que quedaba de una fortificación realizada con sacos terreros, la adrenalida fluyó de nuevo a raudales, el cuerpo del guerrero se preparó para la batalla acelerando el ritmo cardíaco mientras la armaduraba bombeaba ingentes cantidades de estimulantes, Argonath cargó con una velocidad inusitada, dando grandes zancadas entre lodo y muertos. El pequeño grupo de guardias imperiales al verse descubierto se preparó para la batalla, asomó la boca de un cañón entre un grupo de sacos caídos. Los dos primeros proyectiles pasaron demasiado alto, el berserker seguía acercándose, notaba claramente como Segadora reclamaba las cabezas de aquellos adoradores de un falso dios, la segunda andanada dió en el blanco, la hombrera izquierda del berserker salió despedida, el impacto hizo que soltara la pistola bolter y le dislocó el hombro, pero no redujo ni un ápice la carrera. No hubo tiempo para una tercera descarga.
El devorador de mundos entró en el pozo de tirador con una violencia extrema, golpeó con la hombrera que aún tenía al tirador aplastándolo contra la pared del fondo, pudo escuchar claramente como varias costillas se rompían en mil pedazos, se apartó un paso para ver su obra y el humano cayó de rodillas entre gritos de dolor, sabía que aquella herida era bastante para matarlo pero era totalmente insuficiente para él, lo agarró por el cuello y lo levantó en peso hasta que el propio guardia pudo mantenerse en pie, un grito atronador salió de su gargana: ¡SANGRE PARA EL DIOS DE LA SANGRE! y lo golpeó en el pecho con su guantelete blindado atravesando armadura, carne y huesos hasta que hundió el puño en la pared posterior. Se giró para proseguir la matanza pero la armadura no respondía como era de esperar, ¿acaso aquél impacto podría causar un mal funcionamiento? agachó la cabeza para ver como una bayoneta se había colado entre las placas de plastiacero de su pectoral, ni siquiera había sentido aquello imbuido por la rabia del combate, al otro lado del rifle laser un guardia imperial luchaba por recuperar su arma del cuerpo del berserker, Segadora rugió y Argonath seccionó ambos brazos del enemigo que cayó en shock por el trauma, aplastó su cráneo bajo un pisotón de su bota, el berserker arrancó de su cuerpo el trozo de metal que le impedía moverse con libertad y el último guardia se giró para huir despavorido presa del pánico, Segadora rugió de nuevo y con un solo movimiento en diagonal el hacha sierra separó al humano en dos trozos de carne sanguinolenta.
El cielo se iluminó, proyectiles de cientos de toneladas entraban en la atmósfera para luego sacudir la superficie del planeta y generar enormes hongos de fuego, el exterminatus había comenzado.
¡NO! ¡Todavía no! No podía perecer aún, todavía podía recolectar muchos cráneos para Khorne, mas de 7.000 años de matanzas indiscrimiadas no podían terminar así. Su cuerpo y su mente se vieron presa de la ira que contenía su alma. Una idea le pasó fugazmente por la cabeza, se quitó con el brazo aún hábil el casco y apoyó su arma en el hombro contra el cuello, Segadora le susurró por última vez "nuestra sangre es también bien recibida", gritó con toda la rabia que contenía en su ser ¡SANGRE PARA EL DIO... y activó su hacha sierra.
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Argonath despertó.
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Muy muy bueno alfonso
ResponderEliminarGracias tio, significa mucho.
ResponderEliminarEso si, ten cuidado no te pida gw copywright
ResponderEliminar:p
Bueno, esperemos que no digan nada xD. La verdad es que tenia la idea del final desde hace mucho tiempo en la cabeza, he ido construyendo el relato hacia atrás.
ResponderEliminarQuería representar el sentimiento de ira y rabia que contiene un berserker, yo lo entiendo como un yonki de las matanzas, necesitan estar constantemente guerreando para quitarse el mono xD.
Necesito saber mas, de lujo tronco me mola caracolas XD
ResponderEliminarI love Argonath
lo he intentado leer 4 veces en el curro pero no paraban de interrumpirme los jodios xD. Muy buena historia, eso es darle trasfondo al tema y lo demás tonterias.
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